jueves, julio 27, 2006
Hueco propio mejor que hueco ajeno.
Estuve fuera del país unos días... allá en el Norte, un poquito más cerca del Polo que de Florida. Me sorprendieron las calles: tan planas, tan tersas, tan acabadas. Sin... huecos (y una tasa impositiva que llega al 60%, conste). Pero ojo, cuando en una de tantas el automóvil en el que iba cayó en un hueco... desee estar en Costa Rica. Porque aunque es malo caerse en un hueco, es peor caerse en un hueco ajeno porque no se puede putear al político ajeno con la misma fuerza con que se putea al propio.
martes, julio 04, 2006
¿Hacemos filas? Sí, pero...
Dice un compañero bloggero de Panamá, Lenin... que los ticos no deberíamos quejarnos tanto, porque al fin y al cabo, en este país por lo menos hacemos fila para entrar al bus. Esto me hace pensar que en Panamá las paradas de buses no existen y esto debe de relacionarse con la cultura del bus panameño, que Wikipedia define como: "Lo que sucedería si un grupo de hippies decide viajar hacia el sur en buses de escuela mientras escuchan salsa". (Ref. Wikipedia.com)
Pero querido Lenin, tengo que discrepar. Los ticos hacemos fila, sí. Pero hacemos fila como le sonreímos a la suegra: con la cara torcida porque en el fondo de nuestro corazón sacaríamos sin pensarlo un tucán de la billetera para buscar el zopilote que nos haga la vuelta rápido... o que se encargue de desparecer a la suegra. Por eso no me gusta el estilo que tenemos. Las filas son para quedar bien con el qué dirán pero nunca verás un Mercedes o una Toyotona parqueada en los alrededor de Paso Ancho (que es donde los ticos vamos a hacernos el examen para obtener la licencia) porque los ricos... en realidad, como en la novela, sí lloran pero en privado y con la puerta cerrada.
Te explico... Hace unos días fui a renovar mi licencia. El trámite, horror de los pobres empleados que tienen que pedir prácticamente un día de vacaciones para ir a hacer las supuestas filas, no me tomo ni 45 minutos en total. Estaba maravillada. Parece que este sistema, a veces, sí funciona. Porque la cosa fluía... increíble. Pero mira, estaba yo haciendo fila cuando veo a una mujer de la mano de un hombre que de forma disimulada la lleva al primer lugar de la fila y... efectivamente, 10 minutos después ella salía con su licencia en la mano. Mientras el resto (nosotros) hacíamos, ¿qué crees?, fila. Cuando toqué la puerta de la Jefatura para hacer la correspondiente renuncia, pues... "Está en una reunión. No la puede atender. Gracias."
Entonces te digo, ¡sí!, hacemos fila. Pero que pendejos que somos que si por fuera podemos ser Secretarios Generales de la OEA... ¿que más da si por dentro me dejo algunos cinquitos? Si por fuera hacemos fila, ¿qué importa lo que pase adentro? Por eso, talvez preferiría bailar salsa en tu bus que hacer fila en el mío. ¿Quién sabe? Talvez cuando vengás a Costa Rica o yo visité Panamá, hablamos.
Pero querido Lenin, tengo que discrepar. Los ticos hacemos fila, sí. Pero hacemos fila como le sonreímos a la suegra: con la cara torcida porque en el fondo de nuestro corazón sacaríamos sin pensarlo un tucán de la billetera para buscar el zopilote que nos haga la vuelta rápido... o que se encargue de desparecer a la suegra. Por eso no me gusta el estilo que tenemos. Las filas son para quedar bien con el qué dirán pero nunca verás un Mercedes o una Toyotona parqueada en los alrededor de Paso Ancho (que es donde los ticos vamos a hacernos el examen para obtener la licencia) porque los ricos... en realidad, como en la novela, sí lloran pero en privado y con la puerta cerrada.
Te explico... Hace unos días fui a renovar mi licencia. El trámite, horror de los pobres empleados que tienen que pedir prácticamente un día de vacaciones para ir a hacer las supuestas filas, no me tomo ni 45 minutos en total. Estaba maravillada. Parece que este sistema, a veces, sí funciona. Porque la cosa fluía... increíble. Pero mira, estaba yo haciendo fila cuando veo a una mujer de la mano de un hombre que de forma disimulada la lleva al primer lugar de la fila y... efectivamente, 10 minutos después ella salía con su licencia en la mano. Mientras el resto (nosotros) hacíamos, ¿qué crees?, fila. Cuando toqué la puerta de la Jefatura para hacer la correspondiente renuncia, pues... "Está en una reunión. No la puede atender. Gracias."
Entonces te digo, ¡sí!, hacemos fila. Pero que pendejos que somos que si por fuera podemos ser Secretarios Generales de la OEA... ¿que más da si por dentro me dejo algunos cinquitos? Si por fuera hacemos fila, ¿qué importa lo que pase adentro? Por eso, talvez preferiría bailar salsa en tu bus que hacer fila en el mío. ¿Quién sabe? Talvez cuando vengás a Costa Rica o yo visité Panamá, hablamos.
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