lunes, septiembre 14, 2009

Los bárbaros (02)

En la esquina de mi casa, en las noches, los muchachos africanos se paran a vender droga y las mujeres de Europa del Este se paran a vender cuerpo. Cuando vivía allá (del otro lado del mundo), era lo mismo, pero con otras etiquetas. Siempre están los que “son de aquí” y “los que son de allá”. "Los de allá” son diferentes, extraños, sucios, incultos e incluso, dice mi vecino de 3 años… “huelen feo”.

Lo que a mi vecino se le olvida es que yo tampoco soy de aquí y la única razón por la que no le parezco extraña es porque sé hablar su idioma y sé cocinar algunas recetas que me ha enseñado su mamá. Y cuando su abuela cruza la esquina, me mira seria y me dice: "Esos inmigrantes van a cambiar este país..." esperando que yo asienta, no me queda más que mirarla perpleja, porque el hecho de haber sido adoptada como "familia" no cambia los datos de mi pasaporte.

En realidad, tanto mi vecino como su abuela son incapaces de ver que los que se paran en la calle y yo, somos extraños en esta tierra y que fuera de las paredes de su hogar, a todos nos cierran las puertas con la misma fuerza. Mi único consuelo es que en algo tienen razón. Este país va a cambiar. Porque los bárbaros (nosotros) siempre terminan conquistando el territorio. Lo saben tanto los romanos como los ingleses, porque el Imperio no cayó desde afuera y en las calles de Londres, más que inglés, se habla paquistaní.

1 comentario:

criada dijo...

estimada bárbara, cambiá ese territorio y hacelo más vos, que los que andamos de acá para allá, podemos llenar espacios, y cambiar vidas