Hace algunos días escribí una nota llamada "Dios proveerá", en la que me refería a la anécdota de la mujer que camina sobre un puente en el que pasa la línea del tren y en vez de bajarse, se persigna y sigue hacia adelante. Bien, debo aceptar que escribí medio en broma, medio en serio intentando referirme a la lamentable costumbre del tico de dejar que Dios le resuelva sus problemas.
Pues esta semana, el tren mató a su primera víctima. Una mujer de 45 años con siete hijos que va con su bolsa de compras, un día de lluvia y por alguna razón, no muy clara, se petrifica cuando ve venir el tren y en vez de seguir caminando, se queda quieta. La noticia es impactante: 12 metros de recorrido antes de detenerse, la sombrilla y comida desparramada entre los rieles, los testigos mudos....
Un accidente inexplicable. La locomotora pita tres veces (con ese sonido que el Ministerio de Salud ha calificado como "peligroso" por su alto volumen), la velocidad no es alta... lo único que la mujer debe hacer es quitarse del camino. Pero no lo hace. He escuchado varias teorías: "Era sorda", "Entró en shock" o la cruel, "Tenía siete hijos, imagínate, no quería volver a la casa". Y lo único que puedo pensar es: ¿Cuándo venir el tren hacia ella y supo que no podía quitarse del camino, miró hacia el cielo, cerró los ojos y dijo: "Que sea lo que Dios quiera"?
Por favor, por favor, que Costa Rica sepa quitarse de en medio cuando el tren se nos venga encima...
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1 comentario:
Y a tu última frase, los ticos contestamos a coro: ¡Te lo pedimos Señoooooorrrrrrr!!! ¿¿????
Ojalá lo sepamos hacer... pero no rezando, no dejando las cosas en manos de una autoridá que a menudo vacaciona... si no asumiendo las consecuencias de que al que se petrifica en vida se lo llava puta /y puede que puta también se lleve en banda al resto de su familia)
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