Increíble pero cierto. Ya llegó. Se huele en los pasillos de la Universal, en los decorados insulsos en la oficina, en el olor a ciprés... que viene en aerosol, porque hoy día todo se compra en lata. Me montó en el taxi y ya se escuchan los clásicos de Los Bukis y José Luis Perales, sonando a toda hora. En San José, hacemos la mímica de la nieve con el confetti... que se le tira solo a las muchachas lindas mientras los vendedores callejeros hacen su agosto barriendo el papel del suelo y vendiéndolo en bolsitas de 500. Y el Amigo Secreto (¡némesis de la productividad laboral!) ya se asoma en los juguetitos de a 1000 y las galletas azucaradas. Todos los viernes, de aquí al 22, vendrán con efecto.
En esta época de clichés, la Navidad es una mercancía barata.
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1 comentario:
es una época que llega con la sombra de la soledad en muchos casos, del despecho en otros... pero la mayoría de veces con la luz del cambio, del chance de la reinvención personal...
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